Si este blog tuviera rostro

A veces no hacen falta definiciones técnicas ni grandes declaraciones para explicar por qué se escribe. A veces basta con una imagen, con una metáfora… con el rostro de un lobo o un perro corriendo.

Y si este blog tuviera rostro,
no sería el de una persona frente al teclado,
sino el de un lobo o un perro en carrera,
corriendo con fuerza,
con hambre de sentido,
con una mirada fija en el horizonte,
aunque el horizonte aún no tenga forma.

No corre por la presa.
Corre por el impulso.
Corre porque algo en su interior le dice que debe moverse,
que quedarse quieto no es opción,
que cada zancada es una declaración de vida,
de búsqueda,
de sentido.

Así entiendo yo este camino.
No como una meta definida,
ni como un escaparate de logros,
sino como una necesidad interior de avanzar,
de conectar con lo que soy,
de dar forma a lo que pienso,
y compartirlo con quienes, quizás, también estén en su propia carrera.

Este blog es eso:
una forma de no quedarme quieto.
De explorar, de equivocarme, de aprender.
De seguir corriendo.
No por demostrar nada,
sino por el placer profundo y sereno
de saber que estoy en movimiento.




Comentarios

Entradas populares